sábado, 17 de enero de 2009

Si lo que vas a decir no es más lindo que tu silencio...

Una vez una de las personas que más amo en este mundo(mi mamá) me enseñó lo siguiente:

"Si lo que vas a decir no es más lindo que tu silencio,
NO lo digás."

Y durante mucho tiempo he TRATADO de poner en práctica esta gran lección, la cual, durante muchos años consideré una verdad irrefutable y una lección de vida que se TENÍA que poner en práctica. Así fue corriendo el tiempo, y durante muchos años traté de cumplir a cabalidad ese gran consejo que mi madre me dió.

Fue hasta que llegó el momento en que empecé a cuestionar varios aspectos de mi vida, que también me cuestioné:

¿será que si lo que voy a decir no es más lindo que el silencio, no debo decirlo?

Entonces esta pequeña pregunta me abrió la mente a una situación a la cual nunca le había prestado atención:

Tengo un problema de comunicación.

Y ojo que no estoy culpando a mi madre de esta situación, más bien... fue ese sabio consejo el que me abrió los ojos y me permitió ver que quizas las cosas que yo decía muchas veces eran cosas sin trascendencia y las cosas que yo callaba eran las cosas más importantes.

Y verdaderamente me di cuenta que mi madre tenía absolutamente toda la razón pues mi silencio, es decir, las cosas que yo callaba muchas veces eran cosas muy lindas... por ejemplo, mis sentimientos.

Así este consejo adquirió un doble sentido, el primero y más sencillo:
->No decir cosas que puedan ser malas a los oidos de los demás.

Y el segundo sentido de este consejo, y el cual a la fecha tengo que aprender a poner en práctica:
->Cuando hay algo que callo (silencio) y vale la pena decirlo, debo darle
prioridad y decirlo antes de la sarta de vanalidades
sin sentido que usualmente digo.

Pero, en verdad les aseguro que se me hace sumamente dificil... pues mi problema de comunicación no significa que no pueda hablar articuladamente. Más bien, tengo un problema para expresar lo que siento.

Y en verdad, habrá más de alguna persona que pueda contarles que esto es cierto, pues, cuando estoy con alguien por quien siento algo sumamente especial... NO LOGRO DECIRLO. Y nunca lo logro, no logro expresar lo que siento. Mis ojos lo gritan, pero mi boca lo calla.

Creo que es porque si expreso mis sentimientos más profundos, me pongo en un punto de vulnerabilidad extrema. Y ¿a quién le gusta ser el vulnerable?, estoy seguro que a nadie. Pues ese silencio, de cierta forma es una barrera casi impenetrable que he levantado para protejerme de muchas cosas.
Entonces se ilumina nuevamente el foco sobre mi cabeza y me doy cuenta que si mi madre me da consejos no es en vano, más bien... es la voz de la experiencia. Y de cierta forma, la manera en que Dios también me habla.

Se abre así de forma inesperada un nuevo reto... el reto de hablar de TODOS mis sentimientos (no de algunos), el reto de dejar que quien hable sea mi corazón.

Pues también es importante darnos cuenta que nuestros días en esta tierra, no van a ser eternos y la que la huella más fuerte que podemos dejar en este mundo, es la huella que dejemos en el corazón de cada persona. Y para hacerlo es necesario expresarnos sinceramente y con TODO el corazón... pues una verdad a medias, No es verdad.

No puedo más que agradecerle a Dios por haberme dado la familia que me dio, no puedo dejar de agradecer a Dios por la madre que me dio. Y aunque me esté costando, les puedo asegurar que estoy dando los primeros pasos para expresar mis sentimientos más protegidos. Porque a pesar de que a muchos de mis amigos verdaderamente, le he externado lo mucho que significan para mi; aún hay muchas otras cosas más, que vale la pena decir y que talvez he callado.


Y como podrán imáginar, abrir la boca y dejar salir lo que dentro llevo es algo a lo que aún debo acostumbrarme, algo que aún me resulta incomodo.

Esta vez mi invitación o consejo para todos aquellos que lean este blog es:
A veces duele decir las cosas, pero duele mucho más callarlas.

Y esto se los puedo asegurar desde mi propia experiencia. Y también si alguien tiene algún tip, para darle más relevancia a expresar tus sentimientos... diganme!!! En verdad me vendría bien un consejo para romper esta barrera que tiene demasidados ladrillos.

Bueno, espero sus comentarios... sugerencias... ánimos... dudas... reclamos... confirmaciones... insultos... agravios... o simplemente, aquello que quieran expresar.

domingo, 11 de enero de 2009

Y entonces... crecí.



Cuantas veces nuestras vivencias actuales nos han recordado: "Ya no eres más un niño pequeño"... y me estoy dando cuenta que pocas son las veces que nos tomamos el tiempo de analizar nuestro pasado, de analizarlo como un todo... con sus altos y sus bajos. Y es en el preciso momento cuando empezamos a hacerlo que nos damos cuenta que la vida nos ha regalado ya algunos años... que hemos recorrido ya un trecho que bien vale la pena analizar.


Fue el día de hoy, domingo 11 de enero por la mañana... cuando me percaté que las actividades que estaba finalizando, eran actividades que no realiza un niño pequeño.

Regresaba a mi casa, de la Iglesia (solo)... pues recién terminaba de impartir la catequesis dominical a muchachos de entre 13 y 15 años. Fue en el momento cuando tomé periférico norte, que me di cuenta que aún tenía sueño y un poco de cansancio de la noche anterior; pues una de mis mejores amigas (Claudia Torres) contrajo Matrimonio.


Al final de la linda ceremonia del día anterior, me acerqué hasta el altar mayor a tomar una fotografía de los recién casados con sus caballeros (de los cuales otro de mis mejores amigos formaba parte... El Astro). Al fondo del Templo estaba otra de las grandes amigas que la vida me ha regalado, Mariela. Tuve el gusto de verla, y el gusto fue triple pues le acompañaba su esposo Irving y su pequeña bebé (linda, cual muñeca de porcelana).

Fue entonces cuando el conjunto de las situaciones que había vivido el día anterior y las que en ese momento estaba viviendo, me hicieron que me percatara del hecho que "Ya no soy más un niño pequeño". Y entonces fue cuando me dije a mi mismo: "mi mismo... hahaha" (broma), me dije:
- ¿Cuándo fue que pasaron todos estos años?
- ¿En qué momento perdí la noción de las cosas que en mi vida sucedían?
- ¿Ya estamos en 2009?
- ¿Cómo es que tengo ya tantas responsabilidades?
- ¿A que hora deje de ser un niño?

Y para ser sincero, esta última pregunta es la que aún no le encuentro respuesta... pues por más gracioso que parezca en verdad nunca en mi vida me percaté del momento en que pase de la infancia a la adolescencia, de la adolescencia a la juventud... así que me quedaré con la duda.

Pero considero que es bueno, que me haya percatado que ya son unos cuantos años los que he tenido la bendición de respirar... pues al menos, no me di cuenta de esto a los 70 u 80 años, cuando ya será más difícil recordar las situaciones que tu vida te ha presentado.

Entonces estos acontecimientos fueron para mi, nada más que una llamada de atención... si, eso! Una llamada de atención para vivir cada etapa y momento de mi vida a plenitud!!! Invitación que hago extensa para cada uno de ustedes que lea esta publicación.

Espero sus aportes...

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